10/22/2008

El interminable conflicto educativo

“Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad mas linda de cualquier revolucionario”


No es nuevo decir que el sistema educativo argentino deja mucho que desear desde hace ya varios años, pareciera que para los dirigentes el último tema a resolver es el de la educación. Los colegios primarios y secundarios no cuentan si quiera con mobiliario suficiente, ni hablar de que por sus cañerías no corre el gas, y mejor ni mencionar el sueldo de los docentes porque resultaría indignante.
De éstos conflictos y de otros más, la Universidad de Buenos Aires no está exenta. Comencemos por nombrar el conflicto que enfrenta la Facultad de Arquitectura y Diseño en la que se recortaron los sueldos de cientos de docentes, sin olvidar que en esa facultad dictan clases 3.400 docentes de los cuales 1.200 son ad honorem , otros 1.200 son sub- rentados y solo 1.000 están en situación regular, lo que ha llevado a los docentes a no dictar clases, poniendo en riesgo el ciclo lectivo 2008 y la desaparición de cátedras completas.
En la Facultad de Medicina la situación es otra. Las políticas privatistas de Mauricio Macri han logrado que las universidades privadas puedan realizar sus prácticas pre-profesionales en el Hospital de Clínicas, logrando así un traspaso de recursos públicos a privados. Con esta medida los estudiantes de la UBA pasan a formar parte de una lista de espera para poder realizar sus prácticas, estirando cada vez mas sus años de estudio. Con respecto al edificio de ésta facultad, cabe destacar que no cuenta con un recurso fundamental para materias de la carrera, como es el gas.
En la Facultad de Ciencias Sociales el conflicto lleva ya más de 20 años, el pedido tiene que ver con un edificio único que núclee a todas las cerraras de ésta área.
Es válido mencionar que un estudiante que, por ejemplo, estudia Ciencias de la Comunicación en la sede Parque Centenario, y desear consultar material se tiene que acercar a la sede Marcelo T . de Alvear donde se encuentra la biblioteca de Ciencias Sociales. Ese mismo estudiante que para conseguir un libro tiene que tomarse un colectivo y perder más de media hora de estudio, cursa durante todo el año hacinado, en verano sufre de calor agobiante y en invierno no le alcanza la ropa para ir a cursar.En los días de lluvia tiene que llevar una canoa bajo el brazo para poder acceder al primer piso de la facultad que se inunda completamente y forma una especie de catarata, un paisaje muy pintoresco por cierto.
¿Otros detalles? ...a una chica se le cayó una viga de hormigón armado en el baño golpeándole la pierna, menos mal que no la mató, aunque hubiese sido una forma para que nos escuchen.
En nuestras sedes las puertas abren al revés, los techos te escupen yeso mientras cursas, los baños se inundan, el ascensor anda contadas veces y ni hablar de los salarios docentes que dejan mucho que desear ya que la mayoría son ad honorem.
En fin, ser estudiante de la UBA es cuestión de valentía... pero¿ hasta cuándo vamos a aguantar?

No hay comentarios: